La física del orgasmo femenino

La película completa está disponible en hegre.com

El orgasmo nunca se ha visto así de bien...

Estás a punto de presenciar orgasmos absolutamente hermosos. Y por primera vez en Hegre.com, los verás en increíble resolución 4k. Sí, hemos estado grabando en 4k un par de años, pero esta es la primera vez que se presenta en 4k. Es un regalito visual.

Notarás que él no va directo a la acción. La preparación es lenta. Él masajea su cabeza, sus pechos, sus manos, piernas y pies. Se toma el tiempo para ponerla de humor; despertar sus sentidos. Y puedes ver cuanto lo disfruta ella.

Entonces las cosas se ponen serias. Para empezar hay una combinación de punto-g y clítoris que la vuelve loca. Cuando se ha recuperado un poco, el sigue con la estimulación oral de su clítoris mientras juguetea con un dedo en su ano. Después de venirse de nuevo, ella está en su lugar feliz. Con sus dedos, él expertamente estimula su punto-g y ano a la vez, consiguiendo un tercer clímax. Pero esta vez, no le da un segundo para recuperarse, continua con su lengua en el clítoris y el dedo en el ano, para un orgasmo final que le estremece el cuerpo.

Pues así es como lo hace. ¿Pero qué está pasando dentro? ¿Cuál es la física detrás del orgasmo femenino?

Vaya, mientras le das placer, la pared de la vagina empieza a secretar lubricante. La sangre se apresura hacia el área pélvica. Su respiración se apresura. Su corazón comienza a palpitar. Y sus pezones se endurecen. La parte baja de la vagina se estrecha preparándose para acoger al pene. Está casi lista.

Una increíble cantidad de tensión se concentra en sus genitales, pelvis, ano y muslos. Y entonces es el big bang. Toda esa tensión se libera en un torrente de placer. Su útero, vagina y ano se contraen simultáneamente en intervalos de 0,8 segundos. Se encuentra ahora en el medio de la cosa más placentera que conoce: el orgasmo femenino.

Dentro del cerebro, la mayoría de sus pensamientos se han apagado. Está enfocada. Mientras termina, la oxitocina (la hormona del abrazo) inunda su sistema, intensificando las contracciones.

Finalmente, empieza a relajarse. Ahora teme menos. Confía más en ti. Y se siente más conectada contigo que antes de empezar con la acción.

Así que mientras la observas, mantén toda esa intensa actividad en tu mente. O solo piérdete en sus deliciosos gemidos, como lo hicimos nosotros...

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